martes, 22 de mayo de 2018

Te esperaré apoyada en la curva del cielo...

En nuestro libro de texto no aparece, ya lo hemos comentado en varias ocasiones, por eso os traigo hoy unos enlaces para que podáis leer algunos de los poemas de estas mujeres de la Generación del 27.

Como dijo Ernestina Champourcín en una entrevista que le hicieron: "hay autores que no has leído, y de los que, sin embargo, es como si te hubieras contagiado",...

Si derribas el muro...

¡Si derribas el muro
qué gozo en todas partes!
¡Qué lazo de palabras
se sentirá en la tierra!
Y todo será nuevo,
como recién nacido...
Si derribas el muro
de todas las mentiras
¡Qué júbilo de amor
abierto sobre el mundo!
¡Qué horizonte sin nubes
en la curva del cielo!


    Ernestina Champourcín, Primer exilio

Enlaces Sobre Ernestina de Champourcín: poemas



Ernestina publicó su primer libro de poemas, En silencio, en 1926. El título será significativo de buena parte de su poética, de voluntad intimista, amorosa y religiosa, pero conocedora de las técnicas nuevas. Ahora es de 1928. Y La voz en el tiempo de 1931. Poco después, Gerardo Diego la incluyó en su segunda Antología -la de 1934- en la que Ernestina define su gusto por el vivir escondido. En 1936, al borde de la guerra, publica Cántico inútil. En 1939 parte al exilio, a México, con su marido. Ernestina regresaría a España, sola, en 1972. En México -con poco eco español- siguió publicando: Presencia a oscuras (1952) o Cárcel de los sentidos (1960). Y luego -ya en su país- más poesía con esa peculiar tensión entre intimismo y religiosidad: Poemas del ser y del estar (1972), Huyeron todas las islas (1988), y tras algunas antologías, un último libro, al filo de sus 90 años, Del vacío y sus dones (1993), en busca de la luz, a través de la fugacidad. 

Soledad
Todos van, todos saben...
sólo yo no sé nada.

Sólo yo me he quedado
abstraída y lejana,

soñando realidades,
recogiendo distancias.

Cada pájaro sabe
qué sombra da su rama,

cada huella conoce
el pie que la señala.

No hay sendero sin pasos
ni jazmines sin tapia...

¡Sólo yo me he quedado
en la brisa enredada!

Sólo yo me he perdido
en un vuelo sin alas

por poblar soledades
que en el cielo lloraban.

Sólo yo no alcancé
lo que todos alcanzan

por mecer un lucero
a quien nadie besaba.



                           Ernestina Champourcín

A través de la literatura, vamos conociendo el mundo bajo la mirada de quienes se pararon a ponerlo por escrito y hay poemas maravillosos que componen nuestra historia literaria, independientemente de que fueran concebidos por mujeres u hombres. 


Me gusta andar de noche las ciudades desiertas, 
cuando los propios pasos se oyen en el silencio.
Sentirse andar, a solas, por entre lo dormido,
es sentir que se pasa por entre un mundo inmenso.

Todo cobra relieve: una ventana abierta,
una luz, una pausa, un suspiro, una sombra...
Las calles son más largas, el tiempo también crece.

¡Yo alcancé a vivir siglos andando algunas horas!


                                       Concha Méndez

  Algunos enlaces de Concha Méndez, sobre su biografía, poemas.


Si queréis seguir leyendo podéis buscar en internet o ir directamente a los enlaces que os he dejado. Descubriéis que:

No hay hombres que son islas, ni islas que son hombres
que de pronto se van a algún quehacer extraño

y dejan en el mar, el río o el estanque
la huella siempre fresca de lo que antes fueron.

No ser isla, contorno, el lugar donde estaba
aquel islote fértil, el promontorio esbelto
de un pedazo de tierra que fue un pequeño mundo.

                                                                        Ernestina Champourcín




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